Un gusano es un eje cilíndrico roscado con una ranura helicoidal cortada en su superficie. El engranaje helicoidal es una rueda dentada que engrana con el gusano, convirtiendo el movimiento giratorio del gusano en movimiento lineal del engranaje. Los dientes del engranaje helicoidal están cortados en un ángulo que coincide con el ángulo de la ranura helicoidal del gusano.
En una fresadora, el tornillo sin fin y el engranaje helicoidal se utilizan para controlar el movimiento del cabezal o mesa de fresado. El gusano generalmente es impulsado por un motor y, a medida que gira, se acopla con los dientes del engranaje helicoidal, lo que hace que el engranaje se mueva. Este movimiento suele ser muy preciso, lo que permite un posicionamiento preciso del cabezal o la mesa de fresado.
Una ventaja de utilizar un tornillo sin fin y un engranaje helicoidal en las fresadoras es que proporciona un alto nivel de ventaja mecánica, lo que permite que un motor relativamente pequeño impulse el tornillo sin fin y al mismo tiempo lograr un movimiento preciso. Además, debido a que los dientes del tornillo sin fin engranan con el tornillo sin fin en un ángulo poco profundo, hay menos fricción y desgaste en los componentes, lo que resulta en una vida útil más larga del sistema.