Con el paso del tiempo, los engranajes se han convertido en una parte importante de la maquinaria. En la vida cotidiana, su uso es omnipresente, desde motocicletas hasta aviones y barcos.
De igual manera, los engranajes se usan con mucha frecuencia en los automóviles y tienen una historia centenaria, especialmente en las cajas de cambios, que requieren engranajes para cambiar de marcha. Sin embargo, los propietarios de automóviles más cuidadosos han descubierto por qué los engranajes de las cajas de cambios no son rectos, sino que la mayoría son helicoidales.

De hecho, los engranajes de las cajas de cambios son de dos tipos:engranajes helicoidalesyengranajes rectos.
Actualmente, la mayoría de las cajas de engranajes del mercado utilizan engranajes helicoidales. La fabricación de engranajes rectos es relativamente sencilla: se puede lograr un engrane directo sin sincronizador, y la instalación en el extremo del eje puede realizarse directamente con rodamientos rígidos de bolas, prácticamente sin fuerza axial. Sin embargo, se producen errores en el proceso de fabricación de los engranajes rectos, lo que provoca velocidades irregulares, lo cual no es adecuado para motores de alta velocidad y alto par.

En comparación con los engranajes rectos, los engranajes helicoidales tienen un patrón de dientes inclinado, similar al giro de un tornillo, que al girar ligeramente genera una fuerte sensación de succión. La fuerza paralela de los dientes rectos es igual a la del engrane. Por lo tanto, al engranar, los dientes helicoidales se sienten mejor que los rectos. Además, la fuerza que soportan los dientes helicoidales se desliza de un extremo al otro, evitando colisiones al cambiar de marcha y prolongando su vida útil.

El engranaje helicoidal es progresivo y los dientes tienen un alto grado de superposición, por lo que es relativamente estable y tiene poco ruido durante la transmisión, y es más adecuado para su uso en condiciones de conducción a alta velocidad y carga pesada.
Hora de publicación: 23 de marzo de 2023